El Angelus es una oración que revive la Anunciación de María y de la Encarnación del Cristo. Es una oración muy significativa, que he rezado durante años.

En la escuela era un «must», tocaba la campana y saliamos de clase a rezarlo, mañana, mediodia y tardecita.
Si bien nos encantaba salir de clase, era una de las oraciones en las que se sentia autentico fervor de todo el alumnado.
En ese momento cesaba el cotorreo y se generaba una onda lindisima.

Nos enseñaron que asi como era una Oración en honor al misterio de la Encarnación y sus participantes. En cada persona era un recordatorio de la misión y de la actitud hacia lo Superior.
Que el toque de campanas y el rezo del Angelus es una devocion, pues genera una actitud piadosa y enseña a florecer la práctica espiritual de dedicar un tiempo especial de concentración para conversar con Dios.
Antiguamente era costumbre en los pueblos el toque del Angelus: a las doce del mediodia desde la campana de la torre de la Iglesia del pueblo se hacia un tañido especial, que se extendia por toda la campiña. Todos los labradores, en el momento en que lo oian, dejaban sus labores y dedicaban unos minutos al rezo y, a continuacion, recobraban fuerzas tomando algunos alimentos.

Cada frase tiene un sentido. Hoy a la luz del nuevo conocimiento, mas aun.

Tradicional: en forma coloquial
– El Angel del Señor anuncio a María.
– Y concibio por obra del Espíritu Santo.
Avemaria.
– He aquí la esclava del Señor.
– Hagase en mi segun tu palabra.
Avemaria.
– Y el Verbo se hizo carne.
– Y habito entre nosotros.
Gloria.

Para internalizar y ver con ojos de Dios:
«El ángel del Señor anuncio a María»: Dios siempre nos habla, escuchemoslo, escuchemonos.
«He aquí la esclava del Señor, hagase en mi segun tu palabra»: confirmamos la sumision filial, la Fidelidad, el Si Padre aquí estoy a tu servicio.
«Y el Verbo se hizo carne y habito entre nosotros»: El Cristo esta en casa.

Es bello el rezo del atardecer, enseñanza del PAO (Plano Azul Original): momento de balance, reflexión y agradecimiento a la divinidad. Momento de sincerarse.
Bajar al corazón y poder descifrar la realidad de nuestro accionar diario.

Muy hermoso recordarlo.
Un abrazo de luz
Brinda Mair