San Francisco Solano y la evangelización del Nuevo Mundo. San Francisco Solano fue un monje franciscano, español, que misiono muchos años en Sudamerica en total oficio de Cristo. Llamado «el Taumaturgo del nuevo mundo», por la cantidad de prodigios y milagros que obtuvo.
Fray Francisco recorrio el continente americano durante 20 años predicando, especialmente a los indios. Pero su viaje mas largo fue el que tuvo que hacer a pie, con incontables peligros y sufrimientos, desde Lima hasta Tucuman (Argentina) y hasta las pampas y el Chaco Paraguayo. Mas de 3.000 kilometros sin ninguna comodidad. Solo confiando en Dios y movido por la misión de salvar almas.
Llegaba a las tribus mas guerreras que lo recibian al son de batalla y después de predicarles por unos minutos con un crucifijo en la mano, conseguia que todos empezaran a escucharle con un corazón docil.
Estando el santo predicando en La Rioja (Argentina) llego la voz de que se acercaban millares a atacar la población. El peligro era sumamente grande, todos se dispusieron a la defensa, pero Fray Francisco salio con su crucifijo en la mano y se coloco frente a los guerreros atacantes y de tal manera les hablo (logrando que lo entendieran muy bien en su propio idioma) que los indigenas desistieron del ataque y poco después aceptaron ser evangelizados y bautizados en la religion católica.
Tenia una hermosa voz y sabia tocar muy bien el violin y la guitarra. En los sitios que visitaba divertia muy alegremente a sus oyentes con sus canciones. Un día llego a un convento donde los religiosos eran demasiado serios y recordando el espiritu de San Francisco de Asis que era vivir siempre interior y exteriormente alegres, se puso a cantarles y hasta a danzar tan jocosamente que aquellos frailes terminaron todos cantando, riendo y hasta bailando en honor del Señor Dios.
Misiono años por el Chaco Paraguayo, por Uruguay, el Rio de la Plata, Santa Fe y Cordoba de Argentina. Su paso por cada ciudad o campo, era un renacer del fervor religioso. Un día en el pueblo llamado San Miguel, estaban en un toreo, y el toro feroz se salio del corral y empezo a cornear sin compasión por las calles. Llamaron al santo y este se le enfrento calmadamente. La gente vio como el bravisimo toro se le acercaba a Fray Francisco y le comenzaba a lamer las manos y se dejaba llevar por el otra vez al corral.
Cuando murio en su habitacion, durante toda esa noche la gente pudo ver una «rara» iluminación brotar de todo el recinto.
Que el espiritu nos guíe e ilumine siempre
Brinda Mair
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