La diosa de la Fortuna era representada por los antiguos como una mujer cuyos atributos mas constantes consistian en un timon para demostrar que tenía el poder sobre los acontecimientos.
Muchas veces aparecia con los ojos vendados como la justicia humana que es ciega, dos alas en los pies símbolo de su velocidad para cambiar, un cuerno de la abundancia en su mano y sobre su cabeza, por lo general casi calva para indicar que era dificil atraparla por su escasez de cabellos, ponian un sol y una media luna para indicar que presidia todos los actos humanos.
Aristoteles le dedica un capitulo de su libro «La gran moral» diciendo en sintesis que la buena fortuna es componente necesario para la felicidad y totalmente independiente de la inteligencia, la razón y la ciencia a las que considera absolutamente extrañas a aquella. Por otra parte se pregunta: «¿la buena fortuna es resultado de la benevolencia o cuidado de los dioses, o es esta una idea falsa?». Ciertamente, no es posible que el cuidado y el favor de Dios sean el origen de la prosperidad y de la fortuna, puesto que muchas veces la obtienen también los malos, y no es probable que Dios se ocupe de los malos con tanta solicitud. Asi que si agregamos a esto la apreciación que sobre la Fortuna hace Pistis Sophia, refiriendose a ella, dice que conecta al alma con las actividades de este espacio tiempo local sin tomar del sistema de subsistencia porque al terminar el ciclo del alma en el plano «se va sin nada tal como ha venido».
La diosa Fortuna por lo general era benigna dado que su ausencia, recibio el nombre de infortunio. Sin embargo, como todo en este plano es dual, es justo hablar de buena fortuna o simplemente fortuna y mala fortuna o infortunio. Aquí en lo que sigue de este escrito, nos referiremos a la buena y a la mala fortuna de la cual somos artifices conscientes o inconscientes por cocrear a semejanza de nuestro Padre universos ordenados o caoticos de acuerdo a que respondan o no con nuestros sistemas de creencias, que reflejan a nuestra dinámica interna.
¿Pues que es entonces la Fortuna? Pues es la capacidad consciente o inconsciente de modelar el eter, la sustancia primigenia modeladora de Universos, a Imagen y Semejanza de nuestro Padre, capacidad que puede estar ligada a un espacio tiempo donde el esfuerzo la cosecha o bien, estar asociada a pactos con seres de reinos invisibles de la Creación y/o a contratos multidimensionales ligados a causas primeras. El cocrear buena o mala fortuna solo es una observación subjetiva realizada desde el sistemas de creencias donde el sujeto esta inmerso porque si vieramos «la realidad» desde el punto de vista del alma, tal vez observariamos su felicidad en medio de un supuesto infortunio del ser inferior porque es su Oportunidad de librarse de algún cautiverio.
Tal como vemos es muy subjetivo el tema porque la apreciación varia segun la posición del observador. Sin embargo cuando los medios energéticos convergen en un espacio tiempo sobre quien tenga la cualidad consciente o inconsciente de movilizarlos, el como se utilice la Fortuna en un espacio tiempo, afectara en forma determinante la evolución del Alma.
La Fortuna se rige por las Leyes Hermeticas como todo en este plano y se halla afectada por la incidencia de los rayos cósmicos.
Brinda Mair